jueves, 26 de septiembre de 2013

El sabor de los ritmos latinos

El sentimiento y ganas de moverse, el sabor, la diversión y, cuando se quiere, la sensualidad y complicidad con la pareja es lo que destaca los bailes latinos de los demás. Eso es lo que los hace tan especiales.

La salsa, la bachata, el merengue, el cha cha cha, el mambo, la quizomba, la cumbia y un gran etc. son especiales por ese sentimiento que se ha de sentir y ver en los bailarines.

Como ya he dicho ese sentimiento es un conjunto de varios sentimientos o sensaciones, que voy a enumerar e intentar definir. Allá vamos.

Lo primero de todo es… quitarse la vergüenza. Esa pequeña enemiga que no nos permite salir a la pista de baile a practicar aquello que hemos aprendido. Es imprescindible dejar la vergüenza atrás cuando se va a bailar para así abrirse y dar paso a… la diversión.

La diversión es otra de las sensaciones que nos acerca a sentir el sabor de la música latina. Cuando se baila, nada de preocupaciones en la cabeza. Hay que olvidarse del trabajo, de los problemas del día a día, del chic@ que no me hace caso, me estarán mirando… No hay problema o preocupación alguna. Solo diversión: amigos, fiesta, alegría, risas y sonrisas.


Como no, hay que sentir la vibración de la música. ¿Qué quiero decir con vibración? Me refiero a esas ganas de bailar y moverte en cuanto oyes la música. Aun sin estar bailando vas contando los pasos mentalmente sin darte cuenta, estas moviendo las caderas o los pies al ritmo de la música. Sentir esa vibración que transmite la música a tu cuerpo que te lleva a bailar y hace que te muevas al ritmo de esta. Podríamos resumirlo en dejarse llevar, cerrar los ojos y hacer lo que tu cuerpo pide al son de la música.

Luego está la complementariedad o unión, no solo con la música. Al bailar en pareja, ambas personas deben saber moverse al mismo ritmo. El chico a de medir el nivel de la chica y no excederse en pasos difíciles si ésta no sabe. La chica ha de interpretar los pasos que el chico quiere que hagan. En definitiva, comprensión del uno y el otro, sincronización y unión.

Y ya para hacerlo perfecto y sentirlo todo, la sensualidad. Ahora bien, este sentimiento es voluntario, por lo vergonzos@ que seas y la seguridad y confianza que se tiene con la persona que estas bailando. La cercanía, movimientos de cadera y demás. De todas formas, esta parte no es indispensable. Se hace con las personas con las que estás segur@ y comod@.


Hago un breve repaso para que todo quede claro: en primer lugar, quitarse la vergüenza para estar abierto/a a todo lo positivo que venga; divertirse, reír y bailar sin límites, no existen las preocupaciones; notar la vibración de la música, sentir las ganas de moverte nada más oír la música; la complentariedad, saber llevar y dejarse llevar disfrutando de los movimientos; y la sensualidad, optativa.

Lo principal es sentir la música: la diversión y vibración, las risas y el movimiento. Pasárselo en grande de forma sana, sencilla y divertida ;P.


No hay comentarios:

Publicar un comentario